La calle Avellanas, ya unificados sus
distintos tramos bajo este rotulo fue renombrada el 13 de octubre de 1922 como calle
del PRIMADO REIG al serle dedicada a Enrique Reig Casanova
(1859-1927). En junio de 1922 se había propuesto rotular con su nombre la
actual C/ Caballeros pero tras el informe en contra del Cronista de la Ciudad
se rotuló esta que nos ocupa.
Junto al muro del Palacio Arzobispal, en
el que se había fijado la lápida, se había levantado una tribuna y al pie de la
misma se hallaban los timbales y clarines de la ciudad y la Banda Municipal.
La comitiva salió del palacio Arzobispal
al que había acudido una representación del Gobernador Civil, el Comandante de Marina,
el Presidente de la Audiencia, el Rector de la Universidad, un representante
del Capitán General, Escuelas de Artesanos, Decano del Colegio de Abogados, Director
del Instituto Provincial, Delegado de Hacienda y el Ayuntamiento en Corporación
presidido por el alcalde Director del Conservatorio, Director de la Escuela de Cerámica
de Manises, representantes del cabildo órdenes religiosas y distinguidas
personalidades.
Precedida de los maceros del
ayuntamiento marchó la comitiva a la tribuna siguiendo al prelado cuya
presencia fue saludada por la muchedumbre con aplausos y vivas. A los sones de
la Marcha de la Ciudad ejecutada por timbales y clarines ocuparon la tribuna el
cardenal y las autoridades.
El Secretario del ayuntamiento leyó el
acta de la sesión en la que se había aprobado dar el nombre del cardenal Reig a
la calle de las Avellanas y a continuación hizo uso de la palabra el alcalde Sr.
Artal rindiendo tributo de admiración al homenajeado descubriendo a
continuación la lápida a los sones de la música. Acto seguido tomó la palabra
el Diputado Sr. García Guijarro que habló en nombre de los valencianos y a
continuación habló el prelado agradeciendo al alcalde y al ayuntamiento el que
hubieran dado su nombre a aquella calle dando las gracias a las autoridades y
al pueblo que honraba con su presencia al acto. A los acordes de la banda
municipal y los timbales y clarines regresó la comitiva al Palacio Arzobispal
finalizando el acto.
La lapida rotuladora había sido confeccionada
por los alumnos de la Escuela Práctica de Cerámica de Manises.
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