El 23 de enero de 1878 se celebró en la
madrileña Basílica de Atocha la boda del rey Alfonso XII con su
prima María de las Mercedes de Orleans. Con este motivo se habían
programado en nuestra ciudad unos actos que comenzaron con un vuelo de campanas
al amanecer, a las siete de la mañana, Diana frente a Capitanía General y a
continuación pasacalles.
A las 12 de la mañana se programó un
besamanos y a continuación se procedió por las autoridades a la inauguración
del derribo de la manzana nº 5 de la calle del Mar, cuyos solares eran
necesarios para acometer la apertura de las que serían la plaza de la Reina y
la calle de la Paz.
El alcalde, Sr, Marques de Tremolar
procedió al simbólico derribo entrando en uno de los edificios de la manzana y
dando unos golpes de piqueta en una de las paredes del edificio.
Después
pasó a descubrir, a los sones de la música de la Banda de Bomberos, dos lápidas
colocadas respectivamente en la calle de la Seca con el rótulo de PLAZA DE LA
REINA y otra en la plaza de Santa Tecla con el rotulo de CALLE DE LA PAZ. Esta denominación se había acordado pocos
días antes, el 14 de enero, conmemorando la PAZ que había dado fin a la tercera
guerra carlista.
La nueva calle que se pretendía abrir a
partir de plaza resultante del derribo de la manzana de casas, que debía unir
el Puente del Mar con el Mercado, databa de 1868. Durante la tramitación del
proyecto y en los planos del nuevo trazado se la denomino como CALLE DE LA REVOLUCIÓN en alusión a la Gloriosa. Aunque este primer proyecto quedo paralizado fue
resucitado posteriormente. Un acuerdo de febrero de 1872 hacía mención a que
era conveniente agitar el proyecto de
apertura de la calle Revolución impulsando todas las fuerzas vivas del país
hacia una mejora tan importante, haciendo que se interesara en ella la prensa
con su influjo civilizador, la banca y las asociaciones todas
Posteriormente, el 18 de septiembre de
1899, se acordó rotularla como calle PERIS Y VALERO en honor a su iniciador, José Peris y Valero,
que en 1856 había sido nombrado alcalde de la ciudad. Fue también, cuando
triunfó la revolución de 1868, Presidente de la Junta y Gobernador Civil.
El acto de descubrimiento de la
lápida rotuladora tuvo lugar el 12 de marzo de 1906. Para este acto se habían
congregado a las 12 de la mañana en las Casas Consistoriales autoridades e
invitados para dirigirse a la calle de Peris y Valero. Abrían la marcha de la
comitiva una Sección montada de la Guardia Municipal y los Timbales y Clarines,
a continuación los invitados, Presidente de la Diputación provincial,
vicepresidente de la Comisión Provincial, presidente del Ateneo Mercantil,
Sociedad de Agricultura, Amigos del País, Cámara Agrícola, Liga de
Propietarios, Ateneo Científico, Cámara Obrera, Lo Rat Penat, L?Antigor,
Valencia Nova, director del Conservatorio de Música, Cronista de la ciudad,
Sociedad Filantropica de veteranos, Escuelas de Artesanos y directores de los
periódicos locales. Les seguían el Ayuntamiento en pleno con el alcalde Sr.
Sanchis Bergón al frente, los maceros de gran gala y la Banda Municipal.
Llegaron a la esquina de la
calle con la plaza de la Reina, donde, en la pared del Café del Siglo, estaba
colocada la lápida, obra del Sr. García de la Rosa, que había sido costeada por
suscripción popular. Bajo la lápida, en la tribuna levantada al efecto se
situaron autoridades en invitados y se procedió
Por
el Secretario del Ayuntamiento, Sr. Jiménez Valdivieso, a dar lectura al acta
de la sesión en la que se acordó la rotulación. Acto seguido el alcalde Sr.
Sanchis Bergón, pronunció unas palabras significando la importancia y justicia
del homenaje que se le tributada al Sr. Peris y Valero.
A continuación y a los sones de
timbales y clarines y de la Banda Municipal, el alcalde descubrió la lápida
siendo muy aplaudido por el numeroso público que lo presenció.
En la misma podía leerse:
HOMENAJE POPULAR
CALLE DE PERIS Y VALERO
Finalizado este acto la comitiva se dirigió
a inaugurar los derribos de las casas que iban a suponer los ansiados ensanches
de la ciudad. El primero de ellos fue en la calle de san Vicente, esquina a la calle
de Cerrajeros, en la que el alcalde, desde el último piso, se asomó al balcón y
dio un simbólico golpe a la pared comenzando en ese momento los obreros a
derribar el edificio. A continuación se trasladaron a la calle Lope de Vega, en
el Barrio de Pescadores donde se precedió de la misma manera al derribo del
edificio y finalmente, autoridades e invitados, no todos por lamentables
deficiencias en el servicio de transporte, se trasladaron a la la casa número
16 de la calle Mayor del Grao donde se repitió el simbólico acto de derribo.
Con este acto no finalizaron los cambios
de rotulo en esta calle. El 6 de octubre de 1913 volvió a llamarse calle de la Paz,
el 31 de enero de 1916 otra vez calle de Peris y Valero y por fin el 20 de
diciembre de 1923, esta vez definitivamente, volvió a llamarse calle de la Paz
y para no relegar la gran figura de Peris y Valero se propuso buscarle otra
calle.
A propuesta de la Comisión de
Gobernación se le dedicó el 28 de diciembre de 1923, con el rótulo de Avenida
de PERIS Y VALERO, el tramo del Camino de Tránsitos que hasta entonces se había
conocido como calle JOSE NAKENS por serle dedicada al escritor sevillano Jose
Nakens Perez (1841 – 1926) con motivo de cierto homenaje que se le hizo al
fundador y director del periódico El Motín
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