A propuesta del Teniente de Alcalde Presidente de la Comisión
Estadística del ayuntamiento de Valencia se aprobó el día 12 de octubre de 1896
que se cambiase el nombre de la calle del Cementerio del poblado de
Ruzafa por el de calle del MAESTRO AGUILAR al dedicársela al que había sido
maestro de la escuela de niños de este poblado Francisco Javier Aguilar Solaz,
cuando todavía era un municipio independiente de Valencia.
El concejal Sr.
Ventura, manifestó que los vecinos de la calle estaban dispuestos a costear la
lápida rotuladora y su colocación. Pidió que a la inauguración asistiera una
comisión del ayuntamiento como asimismo al aniversario que los hijos del
maestro celebrarían en sufragio de este.
En
esta calle se había construido en el año 1862 una casa destinada a Escuela de
Instrucción Primaria de la que era director el maestro de Chelva don Francisco
Javier Aguilar y Solas. El día 2 de junio de 1863, ocho meses después de la
inauguración, a las 9 de la mañana y cuando estaba dando su clase el Sr.
Aguilar se hundió la casa matándole a él y a 10 niños, quedando heridos otros
38.
El abnegado maestro había mandado salir
a los párvulos a un corral cuando notó que se agrietaban las paredes y cuando
conducía, uno en cada mano, a dos de los niños más pequeños fue en el momento
en que se derrumbó el techo cayéndole encima una de las vigas matándolo a él y
a uno de los niños, salvándose el otro. Se le dedicó esta calle como homenaje a
tan altruista y abnegado personaje para modelo de generaciones futuras.
El acto de descubrimiento de la
lápida rotuladora tuvo lugar el sábado 14 de noviembre de 1896 a las 10 de la mañana. Comenzó con una misa
de réquiem en la iglesia parroquial de San Valero costeada por los hijos del
homenajeado en sufragio del alma del Sr. Aguilar.
Asistieron los tenientes de
alcalde Srs. Paredes, Lopez y Bau, acompañados de varios concejales, los
maestros de las escuelas municipales con una comisión de alumnos de cada clase
y gran número de vecinos de Ruzafa.
Finalizada la misa se formó una
comitiva que se dirigió a la antigua calle del Cementerio donde, cubierta con una cortina de seda, estaba
colocada la lápida de piedra costeada por los vecinos. Después de descubrir la
lápida, el concejal Síndico D. Roberto Gómez Igual, pronunció unas elocuentes
frases en elogio del inolvidable maestro y felicitó a Valencia por honrar de
este modo la memoria de sus hijos.
Entre los asistentes figuraban
muchas personas que conocieron al maestro Aguilar y niños de aquella época que
fueron sus discípulos y recordaban la catástrofe de que fue víctima aquel
profesor.
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